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Año medieval

El calendario más usado en la Edad Media era el calendario juliano, instaurado por Julio César, en el año 46 ane, para todo el Imperio Romano. Otros pueblos, fuera del imperio, tenían otras formas de contar los años, que podían ser solares o lunares; o medían la historia en base a asuntos más propios, como reinados o dinastías.


Pero, en la Europa medieval, cada región tenía su propia fecha para el comienzo del año. Esta podía ser la navidad o cualquier otro acontecimiento relevante, de modo que cuando en un lugar transcurría un año, en otro podía regir el siguiente o el anterior, para tormento de los historiadores.

La más original era Francia. El año francés comenzaba con las Pascuas, o sea, en el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera; así que a veces empezaba un día y a veces otro. Esos años, por lo tanto, no tenían 365 días, sino un número variable de días, con unos años más largos y otros más cortos.

No fue hasta 1564, bajo el reinado de Carlos IX, que se fijó el primero de enero como fecha para el comienzo del año en Francia. Esa fecha de año nuevo se adoptó luego por otros países europeos. En otros, como Italia, la impuso Napoleón muchos años después.

En 1582, el papa Gregorio VIII, implantó por bula el calendario gregoriano, que es el actual, a solicitud de un grupo de profesores de la Universidad de Salamanca. Tampoco en este caso todos los países lo adoptaron de inmediato. Rusia no empleó el calendario gregoriano hasta 1918, por eso es que la Revolución de Octubre se conmemora en noviembre.

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