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Cómo vemos?

La luz visible abarca las longitudes de onda desde 0,4 micrones (violeta) hasta 0,7 micrones (rojo). Esto es una ínfima parte del espectro, que va desde los rayos gamma, con longitudes de onda que se miden en billonésimas de milímetro, hasta ondas de radio de varios kilómetros de longitud. Vemos el mundo por una rendija sumamente estrecha.


No hay nada especial en esa parte del espectro, salvo que son las longitudes de onda que puede captar el ojo humano. No todos los animales videntes comparten ese rango; los insectos, por ejemplo, pueden percibir la luz ultravioleta, aunque no ven el rojo. Las serpientes perciben el infrarrojo. Hay otros animales que ven sólo algunos colores, o en blanco y negro, mientras que las aves distinguen un mayor número de colores que nosotros. Todo depende de cómo esté diseñado su ojo, su nervio óptico y su cerebro.

Se sabe que en la retina existen dos tipos de células fotosensibles, conos y bastoncillos. Los bastoncillos no perciben los colores, ven en blanco y negro, pero son eficaces en la penumbra. Hay 3 tipos de conos, unos más sensibles a la luz verde, otros a la azul y otros a la roja; de la combinación de las intensidades de la señal emitida por cada cono obtiene el cerebro la tonalidad del color. Esta combinación natural de señales es la misma que se utiliza en la televisión a color.

Nadie sabe cómo se produce la interpretación mental de las señales que llegan a través del nervio óptico, ni si el rojo que ve una persona es el mismo que el que ve otra. A ambas se le enseñó a decir rojo ante un objeto que emitía las longitudes de onda correspondientes al rojo; pero no se puede ver con el cerebro de otro, ni saber cuál es la percepción cromática que este se representa.

Al cerebro no llega luz, llegan, por las fibras nerviosas, reacciones electroquímicas encadenadas; y a partir de esos estímulos la mente 'inventa' los colores. Los colores no existen en el mundo real. Y si alguien se entristeciera por vivir en un mundo en blanco y negro, pudiéramos consolarlo aclarándole que tampoco existen el blanco ni el negro, sólo ondas electromagnéticas.

Decimos que los bastoncillos ven en blanco y  negro, y diferentes tonos de grises. En realidad lo que sucede es que reaccionan solamente ante la intensidad de la luz, sin que influya su longitud de onda.

La naturaleza se limita a la emisión, reflexión, refracción y absorción de ondas electromagnéticas de diferentes intensidades y frecuencias, y nada más. El resto va por nosotros.

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