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Sócrates

Si llegamos al ágora de Atenas, y viajamos en la máquina del tiempo hasta el siglo V ane, veremos a un viejo con barba conversando con sus jóvenes discípulos; ese es Sócrates.   Dicen que no les cobraba, ni los forzaba a pensar como él, que es cobrarle al espíritu. A ratos pasa un transeúnte de lujosa túnica, y Sócrates comenza a interrogarlo, y el transeúnte se ve primero animado, y luego molesto, porque las primeras preguntas son muy simples, pero luego empieza a contradecirse, y lo que parecía evidente no lo es, y los sabiondos se descubren como ignorantes. Es la ironía socrática, aniquiladora de prejuicios.

 Se le atribuye también la mayéutica, el método inductivo de llegar al conocimiento latente a través del cuestionamiento, como una conclusión propia y no con el aprendizaje irracional de una conclusión ajena.  Sócrates busca la verdad en el interior del ser humano. Pero demostrar la ignorancia de los pretenciosos le acarreó innumerables enemigos. 'Sólo sé que no sé nada' indica un reconocimiento de límites muy poco común. Su sabiduría no consistía en acumular conocimientos, sino en revisar los que se tienen, para construir, a partir de ellos, conocimientos más sólidos. Decía que el conocimiento es virtud y el vicio ignorancia, estableciendo una unidad entre teoría y conducta.
 El conocimiento y el autodominio debían permitir restaurar la armonía entre el ser humano y la naturaleza. En realidad, el autodominio del individuo fue aplastado por el dominio de la sociedad; pero ese sigue siendo un tema vigente, y crucial. 
También fue escultor y soldado, pero nunca lo hubiéramos conocido por estos quehaceres. Su desencantada figura era motivo de chanza entre los tontos.
Aunque sabía escribir no escribió ningún libro, porque entendía que cada cual debe desarrollar su propio concepto del mundo. Sus enseñanzas se conocen a través de sus discípulos, y existen contradicciones. Fue maestro de Platón, y este de Aristóteles; del historiador Jenofonte, de Arístipo, de Antístenes; se multiplica en discípulos fundadores de escuelas. Las principales corrientes filosóficas de la antigüedad_ el idealismo de Platón; la aristotélica, de donde saldrán luego la metafísica y la escolástica a dominar la Edad Media; los cínicos, que despreciaban la riqueza; los hedonistas, que buscaban el placer; los epicúreos, que vivían con mesura; los neoplatónicos de la época helenística_ partieron de Sócrates. Y de todo bebe luego el cristianismo.   Si tanto y tan diverso fluyó de él fue porque no encerró a nadie en una doctrina: les otorgó el don de pensar. Hay quien exagera, porque ninguna cultura humana puede haber partido de un solo hombre, y dice que de Sócrates partió la Civilización Occidental. 
Defendió su derecho a cuestionarlo todo, a no dejar ningún tema vedado a la duda, ni siquiera los sagrados. Pero había demasiados sacerdotes enriquecidos por el culto, demasiados funcionarios corruptos, o dogmáticos, demasiados parásitos viviendo de las alabanzas. Aún en nuestros días, Sócrates continúa siendo subversivo, en cualquier parte. 'Criticar todo lo que se considere un error, lo haya dicho quien lo haya dicho' sigue siendo peligroso. 
Acusado de corromper a la juventud, de atentar contra la democracia, es forzado democráticamente a envenenarse con cicuta; tenía 70 años de edad. Dicen que pudo haber huido pero no quiso hacerlo, para que escaparan sus ideas. 
¿Cuántos discuten actualmente por acercarse a la verdad y cuántos lo hacen por imponer su criterio, o su interés; o se consideran, como dios, los dueños de la verdad absoluta? ¿Lo imitan siquiera acaso los que dirigen el mundo?   ¡Cuánto tiene aún que enseñarnos aquel que no sabía nada!

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