Casi toda la culpa fue del viento solar. Algunos añaden defectos telúricos; otros, los más, nos hablan de un largo cambio de turno: del cambio de turno decretado por Dios. Lo cierto es que, de hoy para mañana, amanecieron todos los mares como de piedra. Y los continentes líquidos. La parte sólida del planeta fue ahora mucho mayor. Las islas fueron lagos, los lagos islas, los canales puentes, los ríos ramificadas penínsulas y, los continentes, inconmensurables mares mediterráneos. Los menos perjudicados fueron los que vivían cerca de la orilla; las orillas, en fin de cuentas, resultaron lo único que no cambió de lugar. Tampoco sufrieron mucho los que nadaban en todas las aguas, y caminaban en cualquier parte. No obstante, la mayoría extrañó el paisaje policromo de la tierra. Los hombres caminaron, como Cristo, sobre las aguas; y refrendaron propiedades, como los mercaderes. Y todo fue como una nueva acumulación originaria, donde la suerte ascendió a almirante y la picardía a mariscal.
"Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansías generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño'. 'Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa". "... no fue sólo movedor titánico de las cóleras de los trabajadores europeos, sino veedor profundo en la razón de las miserias humanas, y en los destinos de los hombres, y hombre comido del ansia de hacer bien. El veía en todo lo que en sí propio llevaba: rebeldía, camino a lo alto, lucha". José Martí La Nación, Buenos Aires, 13 y 16 de mayo de 1883. (OC, t 9, pp 388-390) Marx no es sólo reconoc